En lo que se refiere a las comunicaciones corporativas no existe una verdad absoluta, especialmente por tratarse de un conjunto de escenarios en los que convergen la comunicación externa e interna, con todos sus actores en juego.
No obstante, identificamos algunos desaciertos comunes basados en nuestra experiencia cuando se trata de transmitir un mensaje de interés a cada una de sus audiencias:
Separar la comunicación offline y online
Aún hoy se recae en la práctica de crear mensajes diferentes para las comunicaciones offline y online en las organizaciones, lo que termina en una distorsión de la estrategia inicial y dificulta el cumplimiento de sus objetivos. Por ejemplo: Se puede enviar un mensaje offline muy rigido y online cálido.
Olvidar la importancia del contenido
El contenido de lo que se transmite debe ser tan fuerte y veraz, que su difusión se dé con naturalidad, tanto en la comunicación con sus clientes, proveedores, medios de comunicación, como con sus empleados. Por ejemplo: En adornar una circular con demasiadas formalidades y perder de vista el contenido central del mensaje.
Redactar comunicados sin tener en cuenta su público
Aunque se trate de temas externos o internos, no se puede olvidar al receptor final de la información en la construcción del mensaje. Ocurre muy frecuente en mensajes que van hacia un nicho de mercado específico.
Usar bases de datos desactualizadas
Este error no solo perjudica la entrega eficaz del mensaje, además, puede ser contraproducente para la imagen de la compañía. Un caso frecuente es cuando se generan campañas de mail marketing a miles de contactos que no han sido validados, esto conlleva a la afectación de factores técnicos cómo spam, lecturabilidad, entre otros.
Elegir medios de comunicación e influenciadores sin un propósito claro
La fortaleza de estas dos herramientas radica en la sinergia que se produzca al alinearlos con la estrategia de comunicación, de lo contrario será una acción fallida. Por qué pagar un impacto de comunicación con alta lecturabilidad pero en una audiencia diferente y que tampoco te aporta relevancia técnica, ni visitas a tu página web.
Reaccionar tarde ante una crisis potencial
La respuesta temprana puede evitar una afectación mayor y permite tomar el control de la situación. Implementar unos protocolos generales estaría apropiado, en especial, dependiendo del alcance que tenga tu compañía.
No escuchar a sus públicos
Al no mostrarse receptivo ante la opinión de aquellos que reciben su mensaje, se proyecta una imagen de arrogancia poco favorable. Es importante asumir los comentarios positivos y negativos para seguir creciendo como empresa.
Escrito por: Sandra Rodríguez
Periodista y Consultor Digital | comunicaciones@smartsi.info | S Agencia Digital